El lado humano de las Debidas Diligencias

El lado humano de las Debidas Diligencias

Por: Maureen Corro

En Doctux, sabemos que uno de los elementos esenciales para un oficial de cumplimiento es todo el proceso de debida diligencia. Y no, no me refiero únicamente a la simple consulta en listas, sino a un procedimiento completo de conocimiento de contrapartes, que incluye la revisión de documentos como los representantes legales, accionistas, estados financieros y otros datos clave sobre la empresa.

Sin embargo, a medida que un oficial de cumplimiento asume más responsabilidades, el proceso de debida diligencia puede parecer menos relevante, más monótono y operativo. Nos acostumbramos a las alertas, al punto de que ya no sorprende la aparición de una actividad sospechosa que dispara las alarmas.

En este proceso, llega una gran cantidad de información sobre las contrapartes, y la consulta en listas genera aún más datos. Cuando aparecen alertas de noticias o procesos penales en contra de una contraparte, el proceso parece automático: se envía una solicitud de ampliación de información para determinar el nivel de riesgo.

Pero cuando llega la respuesta de esa contraparte, todo cambia. Ya no es un procedimiento general, sino que al revisar los detalles te das cuenta de que estás tratando con una persona real, con la que tu empresa está a punto de celebrar un negocio. Es ahí cuando te enfrentas a una historia llena de drama, posibles riesgos y consecuencias reales, que podrían afectar tanto a la compañía como a tu reputación personal.

Con el tiempo, he aprendido a ser consciente de estos riesgos desde el inicio del proceso de debida diligencia, y no solo al recibir la explicación final. Aunque esta parte sigue siendo la más reveladora, es fundamental profundizar en la información desde el principio para prevenir posibles amenazas.

Mi recomendación es dejar de ver la debida diligencia como un trámite rutinario. Es un proceso que aporta una valiosa cantidad de información y es clave para la prevención de riesgos LAFT y anticorrupción

Regresar al blog